La exclusión social puede definirse como un fraccionamiento social en la que ciertos colectivos se encuentran alejados de los recursos sociales, económicos y políticos de los que goza la mayoría, estableciéndose una situación de desventaja respecto al resto de la población. En España, la exclusión social es una realidad que afecta a un porcentaje significativo de la población, y que debe ser abordada sin demoras por las autoridades y la sociedad en su conjunto.
Contexto de la exclusión social en España
En España, el índice de exclusión social ha ido aumentando a lo largo de los últimos años. Según un estudio realizado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) en 2019, un 26,1% de la población se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión social. Este porcentaje es uno de los más elevados de la Unión Europea.
Las personas más vulnerables a la exclusión social son aquellas que se encuentran en situación de desempleo, especialmente en casos prolongados, las personas mayores de 65 años, los inmigrantes, y los jóvenes menores de 25 años. Además, resulta especialmente preocupante el elevado porcentaje de menores de edad que se encuentran en situación de pobreza o exclusión social, alcanzando un porcentaje del 29,5% en el año 2019, según los datos de EAPN-ES.
La exclusión en el ámbito laboral
Uno de los ámbitos en los que la exclusión social se manifiesta con más intensidad es en el laboral. En España, el desempleo sigue siendo uno de los principales problemas de la sociedad, y las personas en situación de exclusión social se ven especialmente perjudicadas en la búsqueda de empleo. La falta de formación o experiencia, la edad o la nacionalidad son algunos de los factores que dificultan el acceso al mercado laboral a estas personas.
Asimismo, la precariedad laboral es otro de los factores que contribuyen a la exclusión social. El empleo temporal, los contratos a tiempo parcial o los bajos salarios son algunas de las formas de precariedad laboral que afectan a amplios sectores de la población. Esta situación no solo implica dificultades económicas para las personas trabajadoras, sino que también reduce de forma significativa sus posibilidades de acceso a la protección social (sanidad, pensiones, etc.).
La exclusión en el ámbito educativo y cultural
El sistema educativo y cultural también puede ser un factor de exclusión social. El acceso a una educación de calidad y a la cultura está relacionado con la capacidad de las familias para poder costear estos gastos, lo que resulta especialmente difícil para aquellas que se encuentran en situación de pobreza. El bajo rendimiento escolar, el abandono temprano de los estudios y la falta de capacitación para el empleo son algunos de los factores que contribuyen a la exclusión social en este ámbito.
La exclusión social también se refleja en el ámbito cultural, ya que el acceso a la cultura se convierte en un bien de consumo que no siempre está al alcance de todas las personas. La cultura, en muchos casos, se ha convertido en un bien de lujo al que sólo pueden acceder aquellos que tienen los recursos económicos necesarios. Las personas excluidas de estos espacios no sólo se pierden el acceso a la cultura sino también a un lugar de encuentro y participación social.
Medidas necesarias para hacer frente a la exclusión social
Para hacer frente a la exclusión social es necesario un amplio conjunto de medidas, tanto a nivel estatal como autonómico. Entre las medidas más destacadas se encuentran:
– La creación de empleo estable y de calidad que permita realmente una inclusión en el mercado laboral, con el objetivo de incentivar el empleo entre los colectivos más vulnerables.
– Fomentar una educación inclusiva y equitativa que permita a todos los niños y jóvenes tener las mismas oportunidades educativas, independientemente de su origen socioeconómico.
– La promoción de políticas de protección social que permitan garantizar los derechos básicos de la sociedad, tales como la sanidad, las pensiones, la vivienda, etc.
– La lucha contra la precariedad laboral, reduciendo la temporalidad y fomentando la contratación de calidad.
– El fomento de iniciativas culturales inclusivas que permitan a todos los ciudadanos acceder a la cultura y a la participación social.
Importantes puntos a considerar
Es importante considerar que la exclusión social es un problema que debemos abordar como sociedad en su conjunto. Es fundamental que seamos capaces de desarrollar políticas y programas que atiendan las necesidades de los colectivos más vulnerables. La red de protección social debe ser efectiva y garantizar el acceso a los derechos básicos a todos los ciudadanos.
Cabe destacar también que es necesario un cambio en nuestra cultura y en nuestros valores como sociedad. Debemos ser capaces de superar la desigualdad, el individualismo y el consumismo que contribuyen a generar situaciones de exclusión social.
En resumen
La exclusión social es una realidad preocupante en España que afecta a un alto porcentaje de la población y que debe ser abordada sin demoras. Un país que se precie de tener una sociedad equitativa y justa no puede permitir que una parte importante de su población quede relegada a una situación de desventaja respecto al resto.
Para hacer frente a la exclusión social, es necesario implementar medidas efectivas que permitan garantizar el acceso a los derechos básicos, desarrollar políticas de empleo que busquen la inclusión laboral de los colectivos más vulnerables, fomentar una educación inclusiva y equitativa, y promover la cultura como un espacio de encuentro y participación social. Sin duda, es una tarea que no puede esperar.
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